Como cualquier otra disciplina, el value investing ha ido variando desde sus inicios. Las diferencias entre los inversores value de la época de Graham y los de hoy en día son más que notables. No obstante, los principios del value investing no han variado ni un ápice. En este artículo os hablaré de la evolución del value investing desde sus inicios hasta hoy y hablaré brevemente de mi estilo de inversión.
La evolución del value investing
Todo evoluciona. El value investing no es una excepción. La aplicación de este método de inversión ha cambiado considerablemente desde sus inicios. No obstante, aunque haya evolucionado, sigue siendo fiel a sus principios:
- Aprovechar carácter bipolar de Mister Market
- Comprar acciones por debajo de su valor intrínseco
- Reducir el riesgo utilizando un margen de seguridad
El value investing ha ido variando influido por la evolución de los mercados financieros. A medida que los mercados se han vuelto más eficientes con el tiempo en algunos aspectos, los inversores value nos hemos tenido que ir adaptando en busca de ineficiencias más complejas que nos sigan permitiendo batir al mercado de una forma consistente.
He dividido la evolución del value investing en 3 generaciones basándome en el enfoque principal de los inversores para encontrar fuentes de valor oculto en las acciones.
Aunque puede haber otros enfoques sobre los diferentes períodos de value investing, mi intención es que esta clasificación os ayude a aprender un poco más sobre la historia de este estilo de inversión.
Value Investing de primera generación
La principal característica del value investing de primera generación es la de centrarse en el valor patrimonial de las empresas para determinar su valor intrínseco.
Los ratios y medidas más importantes del value investing de primera generación son:
El padre del value investing, Benjamin Graham, fue el máximo exponente del value investing de primera generación, aunque su estilo de inversión tenía también en cuenta algunas de las características del value investing de segunda generación del que os hablaré ahora.
Value Investing de segunda generación
El value investing de segunda generación se caracteriza por ir más allá del valor patrimonial de las compañías y centrarse en la capacidad de la empresa para generar beneficios.
Los reyes del value investing de segunda generación son el ratio PER, del que ya os he hablado varias veces en este blog, y la valoración mediante descuento de flujos de caja.
Value Investing de tercera generación
Actualmente nos encontramos inmersos en el value investing de tercera generación. Los inversores van más allá del valor patrimonial de las empresas y de su capacidad de generar beneficios a corto y medio plazo. Lo que buscan hoy en día principalmente son empresas que puedan sobrevivir y obtener rentabilidades superiores a su coste de capital a largo plazo diferenciándose del resto.
Para ello, es imprescindible destinar buena parte del proceso de valoración de empresas al análisis competitivo dedicado a buscar ventajas competitivas duraderas que permitan a las empresas destacar entre las demás.
Uno de los pioneros en el value investing de tercera generación fue Phillip Fisher. A día de hoy, la inmensa mayoría de los inversores buscan invertir en empresas que, además de cotizar a un precio razonable, tengan un negocio que destaque sobre el resto. Esta no es una premisa sólo de inversores como Warren Buffett o Charlie Munger, sino que también es un requisito de fondos value españoles como Bestinver, Magallanes, True Value o Metagestión.
¿Primera, segunda o tercera generación?
La mayor parte de gestores value de hoy en día suelen decantarse por un value investing de tercera generación centrado en una combinación de calidad y precio en sus adquisiciones. No obstante, todavía hay inversores que consiguen batir al mercado a través del value investing clásico. Por ejemplo, Tobias Carlisle de Acquirer’s Funds, cuyo estilo predominantemente cuantitativo de la vieja escuela le está permitiendo batir al mercado de forma consistente.
En mi opinión, creo que debemos tener cierta flexibilidad a la hora de elegir nuestro estilo. Personalmente, me gustaría invertir siempre en empresas de calidad a buen precio. Sin embargo, en ocasiones el mercado nos ofrece empresas no tan buenas con un buen potencial. Por lo tanto, me considero un inversor value de tercera generación cuya cartera está formada principalmente por empresas con ventajas competitivas duraderas que en ocasiones utiliza métodos de primera o segunda generación para seleccionar valores.
Y vosotros, ¿Os basáis en un value investing de primera, segunda o tercera generación a la hora de formar vuestras carteras?
¡Espero vuestros comentarios!