La valoración relativa es posiblemente el método de valoración de acciones más utilizado en la actualidad. Este método está especialmente extendido entre las personas que están empezando a aprender a invertir en bolsa, aunque es usado por inversores de todos los niveles. En este artículo os mostraré en qué consiste la valoración relativa, sus ventajas e inconvenientes y cuándo debemos usar este método de valoración.
Tabla de contenido
¿En qué consiste la valoración relativa?
La valoración relativa es un método de valoración de inversiones que consiste en la determinación del valor intrínseco de una empresa de forma comparativa, ya sea comparando con el mercado en general, con un sector determinado o con la media histórica de esa misma compañía.
Para comparar la valoración relativa de empresas se suelen utilizar herramientas denominadas ratios bursátiles. Los más conocidos son el PER, P/BV, P/FCF y EV/EBITDA, aunque se utilizan muchos otros. La cantidad de ratios que se pueden utilizar es casi infinita, ya que se pueden crear ratios “ad hoc” que se adecúen a las características de la empresa que queremos valorar.
Ventajas de la valoración relativa
La principal ventaja de la valoración relativa, especialmente para los principiantes en el mundo de la inversión en bolsa es su simplicidad. El cálculo de los ratios suele consistir simplemente en una operación aritmética simple, normalmente una división, sin entrar en la complejidad del cálculo del descuento de flujos de caja. Por ello, la valoración relativa suele ser el método de valoración más utilizado, especialmente entre los inversores principiantes.
No obstante, aunque la valoración relativa sea simple en su cálculo, esto no quiere decir que estemos ante un método de valoración con recursos limitados, sino que otra de las ventajas que tiene la valoración relativa es su adaptabilidad. Como ya os he contado, la no hay un número limitado de ratios, por lo que podemos crear ratios nuevos para comparar empresas de una forma más precisa. Por ejemplo, para valorar empresas de telecomunicaciones es frecuente utilizar un ratio de beneficio por cliente para calcular su eficiencia.
Inconvenientes de la valoración relativa
El principal problema de la valoración relativa es que en ocasiones puede llevar a engaño. Todos recordamos la burbuja inmobiliaria y crediticia vivida hace relativamente poco en España, Estados Unidos y muchos países occidentales. Durante esa época, tanto los bancos como las empresas constructoras e inmobiliarias no parecían cotizar a precios desorbitados en cuanto a su valor relativo. No obstante, sí que lo estaban si teníamos en cuenta que estábamos dentro de una burbuja, algo de lo que sólo los analistas e inversores más experimentados se dieron cuenta. Por ello, hay que tener cuidado con las limitaciones de la valoración relativa para detectar los ciclos económicos.
Además, cuando utilicemos la valoración relativa para determinar si queremos invertir en una determinada empresa es necesario que las empresas sean comparables. Por ejemplo, una empresa que cotice un PER (ratio precio/beneficios) bajo puede estar más barata que otra que cotice a una a un PER más alto, que en teoría significaría que está más cara. Esto puede deberse a que la que cotiza con un PER alto tenga muy buenas expectativas de crecimiento, mientras que la empresa con PER bajo puede estar en declive.
¿Cuándo usar la valoración relativa?
La valoración relativa puede utilizarse en la mayoría de los casos, ya que su adaptabilidad hace que pueda amoldarse a casi cualquier tipo de empresa. No obstante, es necesario que si vamos a realizar una valoración utilizando el método de la valoración relativa tengamos en cuenta sus limitaciones y sólo la usemos con empresas comparables y teniendo en cuenta los ciclos económicos.