Como ya vimos en este blog, el reparto de dividendos es la forma más común de remunerar a los accionistas de una empresa, pero no es la única. En este artículo analizaremos de las recompra de acciones propias como método de remuneración de los inversores, veremos su beneficiosa fiscalidad y los problemas potenciales de esta práctica empresarial.
Tabla de contenido
¿En qué consiste la recompra de acciones propias?
La recompra de acciones propias (llamada «stock buyback» o «stock repurchase» en inglés) es una forma de remunerar al accionista que consiste, como su nombre indica, en que la empresa compre sus propias acciones en el mercado para luego amortizarlas. Parece una forma poco intuitiva de remunerar a los accionistas, por lo que es importante explicarla mejor.
¿Por qué la recompra de acciones propias es una forma de remunerar al accionista?
La mejor forma de ver cómo la recompra de acciones es una forma de retribución al accionista es mediante un ejemplo:
Supongamos que una empresa tiene 100 acciones y gana 100 euros al año de forma constante, es decir, gana 1 euro por acción (100/100). Ahora supongamos que la empresa utiliza esos 100 euros para comprar la mitad de sus acciones y las amortiza, quedándose con sólo 50 acciones. A partir de ese momento, aunque el beneficio neto se mantenga constante en 100 euros, los accionistas pasarán a ganar 2 euros por acción (100/50) pasando estas acciones a valer el doble.
Una alternativa fiscalmente eficiente
La principal ventaja de la retribución a los accionistas mediante la recompra de acciones es que estamos ante un método fiscalmente eficiente. Como ya vimos, los dividendos tienes una tributación a partir del 21% en España. Es decir, de cada 1.000 euros que cobramos en dividendos, el estado se queda con por lo menos 210 y nosotros con 790 como máximo. En cambio, el dinero que la compañía utiliza en la recompra de acciones no tiene carga fiscal, por lo que resulta más eficiente para los accionistas.
La recompra de acciones, un arma de doble filo
La recompra de acciones, a pesar de ser una forma de retribución de los accionistas fiscalmente más eficiente que el reparto de dividendos, no es siempre recomendable. Las recompras de acciones serán recomendables sólo si las acciones de la compañía se encuentran infravaloradas. Pero, ¿es lo que suele suceder?
En la siguiente gráfica podéis ver la evolución de la recompra de acciones propias por las empresas estadounidenses.
Como podéis apreciar, las empresas dedican una mayor cantidad de dinero a la recompra de acciones cuando más caras están (año 2.007) y las reducen cuando las valoraciones son más atractivas (años 2.008 y 2.009). Esta es una forma totalmente ineficiente de gestionar el efectivo de la compañía.
¿Por qué sucede esto? En mi opinión, el problema es la falta de cultura inversora entre los gestores de empresas. Un buen gestor empresarial debe ser también un buen inversor. De esta forma, no compraría acciones propias por encima de su valor intrínseco.
Las recompras de acciones de Warren Buffett en Berkshire Hathaway
Una vez más, Warren Buffett nos sirve de ejemplo en este blog, esta vez para enseñarnos cuándo recomprar acciones. Buffett sólo lo hace cuando el precio de las acciones de Berkshire Hathaway bajan por debajo de 1,1 veces su valor contable, criterio que él considera adecuado para valorar su compañía. De este modo, sólo recomprará acciones propias cuando aporte valor a sus accionistas, gestionando el dinero de la empresa de forma eficiente.